La importancia del Monte Lussari: una montaña sagrada en los Alpes del Friuli

The importance of Monte Lussari: A sacred mountain in the Friulian Alps

 

María Constanza Ceruti

Universidad Católica de Salta, Argentina

 

Correspondencia: constanza_ceruti@yahoo.com

 

DOI: https://doi.org/10.24265/turpatrim.2023.n21.07

 

Recibido: 04 de mayo de 2023

Aceptado: 25 de octubre de 2023

 

Para citar este artículo:

Ceruti, M. C. (2023). La importancia del Monte Lussari: una montaña sagrada en los Alpes del Friuli. Turismo y Patrimonio, 21, 117-132. https://doi.org/10.24265/turpatrim.2023.n21.07

 

Resumen

 

Lussari es un santuario mariano en el extremo oriental del arco alpino que desde hace seis siglos atrae a peregrinos italianos, austríacos y principalmente eslovenos. El senderismo, el turismo religioso y el peregrinaje exponen a pobladores locales y visitantes foráneos a una experiencia directa de la dimensión simbólica de la montaña alpina. Esta investigación se basó en la observación participante durante el recorrido del Sendero del Peregrino, el ascenso a las Cimas del Cazador y la visita al santuario en las alturas de Lussari. Incluyó entrevistas a visitantes, peregrinos y lugareños; registro fotográfico de los escenarios rituales –cruces cumbreras, capillitas, Vía Crucis, etc.–; lecturas del libro de cumbre y libro de intenciones en el templo; interpretación de los exvotos, ofrendas y placas conmemorativas y documentación como registro fotográfico y notas de campo. El análisis orientado a la dimensión simbólica del paisaje de altura tomó en cuenta el marco teórico conceptual aportado por Edwin Bernbaum para el estudio de montañas sagradas; así como el de autores clásicos de la antropología religiosa: Víctor Turner y Mircea Eliade, entre otros. Como resultado de la labor investigativa se interpreta que el santuario en altura del Monte Lussari congrega a devotos preocupados por la fertilidad humana, la salud y los lazos familiares y sociales cultivados tradicionalmente en este escénico rincón de los Alpes julianos.

 

Palabras clave: montañas sagradas, Lussari, Alpes julianos, peregrinaje.

 

Abstract

Lussari is a Marian sanctuary located at the eastern end of the Alpine arc, attracting Italian, Austrian, and predominantly Slovenian pilgrims for the past six centuries. Hiking, religious tourism, and pilgrimage expose local residents and foreign visitors to a direct experience of the symbolic dimension of the Alpine mountain. This research was based on participant observation during the Pilgrim’s Path, the ascent to the Hunter’s Peaks, and the visit to the sanctuary on the heights of Lussari. It included interviews with visitors, pilgrims, and locals; photographic documentation of ritual settingssummit crosses, chapels, Stations of the Cross, etc.–; readings from the summit book and the book of intentions in the temple; interpretation of ex-votos, offerings, and commemorative plaques; and documentation such as photographic records and field notes. The analysis focused on the symbolic dimension of the high-altitude landscape, considering the conceptual framework provided by Edwin Bernbaum for the study of sacred mountains, as well as that of classical authors in religious anthropology, including Victor Turner and Mircea Eliade, among others. As a result of the investigative work, it is interpreted that the high-altitude sanctuary of Monte Lussari gathers devotees concerned with human fertility, health, and family and social ties traditionally cultivated in this scenic corner of the Julian Alps.

 

Keywords: sacred mountains, Lussari, Julian Alps, pilgrimage.

 

Introducción

 

El Monte Lussari alcanza una altitud de 1790 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra situado en el extremo noreste de Italia, en el corazón de Valcanale, un valle que se abre entre los Alpes cárnicos y los Alpes julianos. Este paraje del Friuli se encuentra muy cerca del punto fronterizo tripartito que señala el límite entre Italia, Austria y Eslovenia.

La leyenda fundacional se refiere a la aparición de la Virgen con el Niño a un pastor local, en las alturas del monte. Se dice que el pastor habría transportado la imagen al valle para mostrarla al obispo, pero que, inexplicablemente, dicha imagen habría vuelto a aparecer en la montaña; ante este incidente, percibido como milagroso, los pobladores habrían decidido construir una capilla en el lugar (ver Figura 1).

El santuario congrega a devotos preocupados por la fertilidad humana, la salud y los lazos familiares, tal como se desprende del análisis de los exvotos pintados, fotografías ofrendadas y placas conmemorativas. El ascenso por el Sendero del Peregrino involucra apilar piedritas y depositar cruces de palito en estaciones del Vía Crucis. La actividad ritual se extiende a las abruptas Cimas del Cazador, coronadas con campana, cruz y libro de cumbre.

Pese a la importancia del santuario como centro religioso al que concurren peregrinos de tres países desde hace medio milenio, Lussari no parece haber sido objeto de suficiente atención en la discusión académica. En los últimos años el monte aparece mencionado en el contexto de trabajos de investigación que abordan la religiosidad popular en Val Canale (Komac, 2015); la cultura material de las minorías eslovenas en Udine (Tavcar, 2019); el culto mariano en Istria (Di Paoli, 2022); las tradiciones místicas orientales (Veseliè, 2021) y el turismo religioso en Friuli (Baldin y Zago, 2017; Donato 2016). Pero una de las pocas investigaciones dedicadas íntegramente a este monte santo –o tal vez la única– se remonta a comienzos de los años noventa (Gariup, 1991).

Figura 1

Representación de la aparición de la Virgen en el Monte Lussari

Nota. © María Constanza Ceruti

 

Metodología

 

El presente trabajo describe y analiza al Monte Lussari desde una perspectiva antropológica orientada al análisis del paisaje sagrado, que esta autora ha adoptado para el estudio de la dimensión simbólica de la montaña en diversas geografías (Ceruti, 2022a). La motivación para abordar este particular caso de estudio surge a raíz de advertir su innegable importancia en el imaginario religioso, el discurso y la identidad de los pobladores locales. Efectivamente, en conversaciones mantenidas con residentes eslovenos y friulanos en distintos puntos de los Alpes julianos y cárnicos, Lussari aparecía repetidamente mencionado –de forma espontánea– como un significativo «monte santo». Por ejemplo, esta autora escuchó hablar acerca de su vigencia como centro de peregrinaje religioso, durante una visita a las momias «de cripta» en la iglesia del poblado friulano de Venzone.

Adicionalmente, el estudio del Monte Lussari enriquece la variedad de matices observables en la construcción simbólica de los altos Alpes, que la autora viene analizando desde hace más de una década. Lussari se suma a decenas de casos de montes sagrados, Vía Crucis, cruces y capillas cumbreras documentados en todo el arco alpino, desde los Alpes cocios y peninos en la frontera occidental franco-italiana pasando por los Alpes réticos y Dolomitas (en la frontera ítalo-suiza e ítalo-austríaca), hasta los Alpes julianos (entre la región italiana de Friuli y la vecina Eslovenia).

La oportunidad de abordar el estudio del Monte Lussari se presentó articulada con una ascensión de alta montaña realizada por la autora al Monte Triglav, la cumbre principal de los Alpes julianos en el contexto de una estadía en Eslovenia y Friuli, de alrededor de medio mes de duración (Ceruti, 2021). Además de la diversidad de actividades observadas en el templo en las alturas de Lussari (documentada mediante registro fotográfico y notas de campo), la autora recorrió el Sendero del Peregrino y su extenso Vía Crucis en compañía de una devota lugareña (a quien entrevistó en profundidad durante las horas de marcha). Posteriormente, la suscripta realizó una ascensión en solitario a las cimas llamadas del Cacciatore, que no solamente funcionan como escénico telón de fondo del santuario, sino que constituyen, en sí mismas, áreas rituales con presencia de importantes símbolos sagrados, que no fueron estudiadas con anterioridad.

En lo que respecta al enfoque teórico-metodológico, la investigación queda enmarcada en propuestas desarrolladas por Bernbaum (1990, 2006 y 2022) y Cooper (1997) para el análisis de montañas sagradas; apoyándose también en la experiencia de más de tres décadas recogida por la suscripta en estudios de distintas cadenas orográficas del planeta (Ceruti, 2022a). Se opta por una aproximación holística en la que se combinan aportes de la etnología, la etnografía y la historia. Los datos reunidos incluyen testimonios etnográficos espontáneos y aspectos simbólicos y culticos relevados durante las experiencias de campo. El análisis se estructura teniendo en cuenta la delimitación de espacios sagrados y profanos (Turner 1973); la arquitectura sacra y profana (Dark, 1995); las creencias tradicionales (Eliade 1998), y los ritos en torno a la actividad del peregrinaje (Crapo, 2003; Hicks, 2001). Asimismo, el presente trabajo puede ser concebido como parte de los estudios emergentes que se desarrollan actualmente sobre peregrinaje y las llamadas «movilidades sagradas» (Flores y Puglisi 2022).

 

El Sendero del Peregrino

 

Lussari ha sido un lugar de peregrinaje por más de 600 años. Forma parte del llamado Camino Celeste, que llevaba a los peregrinos cristianos desde la costa adriática hasta los Alpes julianos, partiendo de la localidad de Grado, visitando la basílica de Aquileia, pasando a continuación por los poblados friulanos de Udine, Gemona, Venzone y finalmente arribando al monte santo. Los doscientos kilómetros del Camino Celeste suelen ser completados en aproximadamente diez días, tal como lo había realizado una peregrina a quien la suscripta vio llegar a pie al santuario durante el trabajo de campo. El Camino Celeste friulano ha sido la base del sendero turístico y ciclovía Alpe-Adria, que se extiende desde la orilla del mar hasta los glaciares de la montaña más alta de Austria.

Por su parte, el Sendero del Peregrino es un camino empedrado, de unos siete kilómetros de extensión, que conduce desde la localidad vallista de Camporosso a la cima del Monte Lussari. Se encuentra jalonado por pequeñas capillas de un Vía Crucis, dotadas de pinturas antiguas en el interior. Actualmente, las capillas ofrecen réplicas de las pinturas, ya que los originales se encuentran en custodia en el santuario de la cumbre, para evitar el deterioro por causas naturales o vandalismo.

La autora realizó el peregrinaje al santuario del Monte Lussari y el ascenso a las cimas del Cacciatore a comienzos del otoño, en condiciones climáticas desfavorables, con persistente lluvia y neblina, habiendo nevado copiosamente en los Alpes julianos dos días antes. Completó el acceso pedestre al santuario por el Sendero del Peregrino; si bien una buena parte de los visitantes contemporáneos optan por hacer uso de los medios de elevación que conducen al portezuelo cercano (donde en invierno funciona un centro de esquí).

Durante la caminata de ascenso conversó en italiano con una mujer friulana residente en Valcanale, quien había estudiado la arquitectura vernácula asociada a este santuario como parte de una tesis de maestría. La impronta eslava en la arquitectura del santuario de Lussari confirma que este centro de peregrinaje friulano ha sido de gran importancia histórica para los peregrinos procedentes del este. Al pasar junto a las ruinas de una antigua cabaña en las faldas del monte, la interlocutora hizo notar la gran ventana que la construcción poseía en la planta baja –inusual para una residencia doméstica en un bosque alpino– e infirió que habría servido originalmente para la venta de comida a los peregrinos que avanzaban por el sendero. Además de ser popular entre los devotos eslavos, el santuario del Monte Lussari era visitado también por peregrinos austríacos residentes en un valle vecino a Valcanale. Tradicionalmente, ellos tenían que iniciar la larga marcha alrededor de las tres de la mañana, para llegar a misa al santuario de la cumbre al mediodía.

Frente a las ermitas que jalonan el Sendero del Peregrino se acumulan piedritas que forman pequeños apilamientos. En torno a las capillitas hay pequeñas cruces de palito, muy populares en otras regiones de montaña europeas, en particular en el País Vasco (véase Ceruti, 2014). Una devota friulana comentó que antiguamente había muchas más cruces de palito, las cuales constituían (y de hecho siguen siendo) formas tradicionales de ofrenda, en tanto que los apilamientos de piedritas son una costumbre reciente y de origen foráneo, lo cual es combatido por los lugareños, quienes se toman el trabajo de derribar estos apilamientos al menos una vez al año, para evitar su proliferación.

El variado registro material asociado al Sendero del Peregrino incluye grandes crucifijos de madera, típicos del paisaje alpino, cubiertos con un pequeño techo a dos aguas para protección frente a la nieve. Asimismo, se observan en las estaciones del Vía Crucis imágenes de la Virgen María dejadas por los peregrinos sobre los apilamientos de piedras, junto a cirios, velas y otras ofrendas (ver Figura 2). Se repiten con inusual frecuencia exvotos con formas de corazón, del tamaño de un puño y confeccionados en diversos materiales, que han sido dejados en las ramas de las cruces y colgando de los barrotes de las pequeñas capillas.

El culto funerario a parientes difuntos se traduce en fotografías y placas conmemorativas colocadas en algún rincón de las ermitas. Una placa de madera con una foto empotrada de un joven escalador sobre la nieve, tenía inscripta una frase recordatoria que rezaba en italiano: «el monte Lussari te ha visto crecer: le has dado vida a tus días, no días a tu vida» (ver Figura 3).

El ascenso al santuario demanda entre dos y tres horas. Algunas personas lugareñas con quienes la autora conversó en el bar del poblado de Tarvisio consideran «muy cansadora» la subida a este monte; en tanto que otros residentes en las inmediaciones del cerro lo ascienden en forma periódica, como parte de su entrenamiento físico deportivo.

 

Figura 2

Estación de Vía Cruces en Sendero del Peregrino

Nota. © María Constanza Ceruti

 

Figura 3

Recordatorio a familiar difunto

Nota. © María Constanza Ceruti

 

El Monte Lussari y su santuario

 

Ubicado a 1790 metros sobre el nivel del mar, en un portezuelo entre dos suaves cumbres coronadas por sendas cruces, el santuario del Monte Lussari congrega a peregrinos eslovenos, italianos y germanos desde el siglo XVI. Las abruptas Cimas del Cazador se levantan a modo de telón de fondo, acentuando el carácter panorámico de este emplazamiento sagrado alpino.

En las callejuelas adyacentes a la iglesia, los peregrinos aprovechan los servicios provistos por tradicionales fondas, hospedajes y santerías. Además de imágenes religiosas, estampitas y rosarios, los negocios para la venta de recordatorios exhiben exvotos con forma de corazón, jabones, perfumes y dulces conventuales. Es habitual que se almuerce en la casa de huéspedes adyacente al santuario, después de haber participado de la misa y antes de emprender el descenso.

La antigüedad de Lussari, como monte santo, se remonta al año 1360 AD (Anno Domini, en latín: en el año de nuestro Señor), cuando se erigió en sus alturas el primer santuario. El templo actual data de 1924 y fue construido con posterioridad al bombardeo sufrido durante la Primera Guerra Mundial (Figura 4). La arquitectura respeta el formato del santuario original, que honra a la basílica de Aquileia, dada la importancia histórica del Patriarca de Aquileia como referente espiritual de la cristiandad.

Figura 4

Templo a las alturas del Monte Santo Lussari

Nota. © María Constanza Ceruti

 

La misa se celebra diariamente, al mediodía, en un horario que facilita la participación de los peregrinos que se acercan a pie. Tallada en madera y recubierta con láminas de plata, la pequeña imagen de la Virgen preside las ceremonias religiosas entronizada detrás del altar.

El interior del templo ofrece paredes recubiertas de antiguos exvotos pintados en agradecimiento por gracias recibidas. Habitualmente, las representaciones pictóricas narran historias de milagros tales como la recuperación de la salud tras una enfermedad o accidente (Figura 5). Centenares de rosarios son dejados en calidad de ofrendas y abundan también los típicos exvotos de metal en miniatura con representación de partes anatómicas, que funcionan como ofrenda propiciatoria para la salud. Asimismo, hay decenas de corazones confeccionados en todo tipo de materiales: metálicos, bordados, cerámicos, etc.

Figura 5

Antiguos exvotos pintados ofrendados en el santuario

Nota. © María Constanza Ceruti

 

La venerada imagen de la Virgen aparece flanqueada por decenas de fotos de familias con niños y plegarias manuscritas en italiano, esloveno y alemán, donde se ruega por la fertilidad de parejas que desean quedar embarazadas o por el bienestar de los hijos (Figura 6). En un sector lateral se concentran todas las velas encendidas por la devoción popular.

 

Figura 6

Moderno exvoto con fotos de niños

Nota. © María Constanza Ceruti

 

Las paredes aparecen recubiertas de numerosas placas conmemorativas dedicadas a la memoria de parientes difuntos, talladas en mármol y madera, acompañadas a veces por fotos de los ancianos, que vestían atuendos típicos alpinos. Una enorme fotografía invernal del santuario de Lussari cubierto de nieve aparece dedicada «al Gran Papa que amaba esquiar», de parte de los instructores de esquí que se desempeñaban en el monte y conocían personalmente a Juan Pablo II.

La autora documentó la depositación de piolets y cascos de alpinismo, si bien los ítems relacionados con esta práctica deportiva no abundan tanto en este santuario de los Alpes julianos, como sí ocurre, por ejemplo, en Notre Dame de Guerison, a los pies de los glaciares del Monte Blanco, en los Alpes peninos. También se observan banderines de clubes de alpinismo dejados como testimonio del peregrinaje.

Un fresco detrás del altar representa la aparición de la Virgen al pastor. Otra pintura, de gran tamaño, titulada Quo Vadis Europa, destaca por su estética modernista, que contrasta con un texto más bien conservador en el que un sacerdote local reflexiona con preocupación acerca «del futuro del Viejo Continente y la llegada del Anticristo» (Figura 7).

Figura 7

Pintura con alegoría de Europa

Nota. © María Constanza Ceruti

 

La Cima del Cacciatore

 

Los lugareños demuestran un temor bastante reverencial por la conformación abrupta de las cimas que se destacan como cortina de fondo en el paisaje del Monte Lussari (ver Figura 8). Es habitual entonces que se limiten a ascender a pie hasta el santuario, pero evitando proseguir hasta las cumbres principales, cuya altitud supera los dos mil metros. La dama que caminó con la autora a lo largo del Sendero del Peregrino comentó que ella subía periódicamente al santuario del monte Lussari, pero que solamente había escalado una vez en su vida a la Cima Cacciatore, en su juventud.

Durante el ascenso hacia la alta montaña la autora no cruzó a ningún otro caminante (también estuvo completamente sola durante las horas que permaneció en las cumbres). Al pasar por una malga quesera cercana al santuario, un joven pastor que allí residía había desaconsejado continuar la subida en solitario debido a las espesas neblinas; pero la suscripta decidió continuar con cautela.

 

Figura 8

Cima Cacciatore

Nota. © María Constanza Ceruti

 

La ruta es relativamente sencilla, se encuentra muy bien marcada y parcialmente equipada con cables que facilitan el ascenso en los tramos más empinados, debajo de la cumbre. Este tipo de infraestructura determina que estos senderos característicos de las Dolomitas y Alpes julianos se conozcan en lengua italiana como sentieri attrezzati.

La Cima del Cacciatore alcanza una altitud de aproximadamente 2100 metros sobre el nivel del mar. Está coronada por una campana, que los devotos pueden hacer sonar para indicar su presencia a quienes se quedaron en el santuario (ver Figura 9). También hay una cruz de hierro erigida en honor a un montañista fallecido. A los pies de la cruz, esta investigadora identificó un candado del amor y un cirio, depositados como ofrendas.

En el punto más alto se identifica, como es habitual en las cumbres alpinas, un libro de testimonios de ascensión guardado en una caja metálica en la parte baja del poste de la cruz (ver Figura 10). En sus páginas se contabilizaron entradas de más de diez personas en días de buen tiempo, y total ausencia de ascensos en jornadas de clima desfavorable, como la que había tocado en suerte durante el trabajo de campo. Entre los breves textos que la autora leyó en italiano e inglés, abundaban comentarios con matices religiosos y espirituales, en agradecimiento al Creador y en reconocimiento a la belleza del paisaje (a diferencia de otros libros de cumbre en los que predominan comentarios de corte deportivo, acerca de los tiempos invertidos para el ascenso, ruta elegida, pertenencia institucional a clubes de alpinismo, etc.).

 

Figura 9

Cruz y campana en la Cima Cacciatore

Nota. © María Constanza Ceruti

 

Figura 10

Libro de cumbre

Nota. © María Constanza Ceruti

 

Asimismo, la autora ascendió a una cima cercana, de altura semejante, pero coronada solamente por un pequeño apilamiento de piedras. Si bien las neblinas y la aguanieve impedían en gran medida la visibilidad, cada tanto el viento barría las nubes más bajas y permitía apreciar una espectacular vista del santuario del Monte Lussari, situado a menor altitud, en los contrafuertes del macizo. En las inmediaciones del promontorio de máxima altura se observó una placa conmemorativa a la memoria de un alpinista, aparentemente miembro del ejército, que habría fallecido en esta montaña como consecuencia de un desprendimiento del terreno o slavina.

 

Consideraciones y conclusiones

 

Lussari es un importante santuario mariano en las alturas montañosas del extremo oriental del arco alpino. Desde hace más de seis siglos funciona como un Monte Santo que atrae a peregrinos italianos, austríacos y sobre todo eslovenos. A través del antiguo Camino Celeste, esta elevación sagrada en los Alpes julianos permanece conectada, simbólica e históricamente con la costa adriática y la magnífica basílica de Aquileia, uno de los principales monumentos religiosos en la región del Friuli.

En la investigación de campo se ha tomado en consideración la importancia del paisaje sagrado y se han realizado observaciones de carácter participante, que permitieron enriquecer la interpretación de las prácticas rituales entretejidas en torno a este importante santuario friulano. Para tal fin, se adoptaron categorías conceptuales y definiciones operativas tomadas de trabajos antropológicos clásicos, entre ellos, el estudio de Mircea Eliade (1998) sobre lo sagrado y lo profano; así como la obra de Víctor Turner (1973) dedicada al análisis de espacios ceremoniales y actividades religiosas. La interpretación de la dimensión simbólica de la montaña –teniendo en cuenta aspectos históricos, geográficos, arquitectónicos y patrimoniales– contribuye a reforzar la perspectiva antropológica en los actuales estudios de «montología» (Bernbaum 2022; Ceruti 2022).

El senderismo, el turismo religioso y el peregrinaje ponen a pobladores friulanos y visitantes foráneos en contacto directo con una dimensión simbólica de la montaña sagrada alpina que hunde sus raíces en siglos pretéritos y mantiene inusitada vigencia en pleno siglo XXI. A lo largo del ascenso a pie por el Sendero del Peregrino, los devotos contribuyen a una activa sacralización del paisaje boscoso alpino mediante ritos que involucran el apilamiento de piedritas y la depositación de cruces de palito. Las ermitas distribuidas sobre las boscosas faldas del monte santo procuran recrear el Calvario o Gólgota de Jerusalén, compartiendo con numerosos santuarios europeos y latinoamericanos el contenido ideológico (y hasta propagandístico) que rememora los pasos de la Pasión de Cristo.

El templo en las alturas del Monte Lussari presenta interesantes semejanzas y diferencias con otros santuarios de montaña alpinos. Los exvotos pintados son frecuentes en iglesias centenarias situadas en parajes remotos, como en el caso del templo de Madonna de Senales (a los pies del monte Similaun) o en el centro de peregrinaje de Notre Dame de Guerison, a los pies del Monte Blanco. En su mayoría, remiten a instancias de agradecimiento o cumplimiento de promesas por la recuperación de la salud. En el caso del monte Lussari, la notoria abundancia de retratos infantiles y fotografías de bebés recién nacidos deja en evidencia que, entre los móviles predominantes en el peregrinaje a este particular santuario, se cuentan problemáticas familiares vinculadas a la propiciación de la fertilidad de las parejas y la salud de los hijos.

La cruz metálica que se observa en la Cima del Cacciatore es una presencia habitual en numerosísimas cumbres de todo el arco alpino. Lo mismo cabe para el libro con testimonios de ascensión, aunque en este caso aparece pletórico de frases con contenido religioso, que denotan una respuesta sensible frente a la majestuosidad del paisaje (antes que registrar aspectos logísticos y técnicos de la ascensión, como suele ser el caso en otras cimas). Las placas en memoria de personas fallecidas también son habituales, tanto en los Alpes y Apeninos como en santuarios de montaña en Croacia (Ceruti, 2020).

En las proximidades del Monte Lussari, una famosa campana de los deseos atrae tanto a peregrinos como a turistas que visitan el santuario lacustre de Bled, en los Alpes julianos de Eslovenia (Ceruti, 2022b). La asociación de la cruz con una campana es menos frecuente, pero ha sido documentada en cumbres de áreas geográficas donde el sustrato celta de creencias conserva mayor vigencia. Tal es el caso, por ejemplo, del distante santuario de Nuria en los Pirineos Catalanes, que custodia una campana tañida por peregrinas preocupadas por tener hijos –tantas veces como el número de vástagos a los que se aspire a dar a luz–. Dicho santuario está situado en las faldas del Puig Mal, un monte que también aparece coronado en su cumbre con una cruz y una campana (Ceruti, 2018).

En lo que respecta a los Alpes julianos, cabe tomar también en cuenta las investigaciones que la autora llevó a término en la máxima altura de este cordón, el monte Triglav. Dichos estudios dejaron en evidencia la trascendental importancia que los ascensos alpinos revisten en la construcción de la identidad eslovena y en la religiosidad popular local. El monte Triglav, denominado Monte Tricorno por los pobladores friulanos, es considerado un monte «temible» (Ceruti, 2021).

Recapitulando, el presente trabajo hace posible aportar una mirada más amplia a la apropiación física y simbólica del Monte Santo Lussari, una montaña sagrada de los confines de Italia, Austria y Eslovenia, instituida como lugar de peregrinaje religioso desde hace más de medio milenio y que sigue jugando un papel destacado en la sacralización del paisaje de altura europeo.

 

Conflicto de intereses

La autora declara no tener ningún conflicto de intereses en relación con lo abordado en el presente trabajo.

 

Responsabilidad ética

Con relación al manuscrito de mi autoría sobre el monte Lussari declaro que la investigación se basa, casi en su totalidad, en observaciones de campo y registro documental realizado personalmente. Se han citado adecuadamente investigaciones previas, reconociendo la autoría correspondiente; de igual forma, las fuentes primarias mantienen la fidelidad del caso, pudiendo ser corroboradas en los archivos consignados.

 

Referencias

 

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María Constanza Ceruti

Universidad Católica de Salta, Argentina.

Miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. Investigadora del CONICET y Profesora Titular en la Universidad Católica de Salta. Medalla de Oro en Licenciatura en Antropología y Arqueología en la UBA. Doctora en Historia de la Universidad Nacional de Cuyo. Autora de veinticinco libros y más de cien trabajos científicos sobre montañas sagradas. Medalla de Oro de la International Society of Woman Geographers, Doctora Honoris Causa en Humanidades y Letras por la Universidad Moravian College y Disertante Distinguida en Antropología por la Universidad de West Georgia. constanza_ceruti@yahoo.com

ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8877-5086

 

Este es un artículo Open Access publicado bajo la licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional. (CC-BY 4.0)

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