Referencias histórico-autobiográficas del Centro Ecoturístico Las Guacamayas, patrimonio biocultural en la selva de Chiapas, México

Historical-autobiographical references of the Guacamayas Ecotourism Center, biocultural heritage in the jungle in Chiapas, Mexico


Nelly Eblin Barrientos Gutiérrez*
Conacyt-Universidad del Papaloapan, México

Domingo Gómez López
Centro de Investigación en Desarrollo Sostenible (CIDES), México


*Correspondencia: negutierrezgu@conacyt.mx


Recibido: 15/09/2022
Aceptado: 07/11/2022

Para citar este artículo

Barrientos Gutiérrez, N., & Gómez López, D. (2022). Referencias histórico-autobiográficas del Centro Ecoturístico Las Guacamayas, patrimonio biocultural en la selva de Chiapas, México. Turismo y patrimonio, (19), 89-109. https://doi.org/10.24265/turpatrim.2022.n19.06


Resumen

El Centro Ecoturístico Las Guacamayas, en México, es un referente importante del patrimonio biocultural de la selva en Chiapas. En virtud de esta trascendencia, se realiza esta investigación con una metodología cualitativa y un enfoque exploratorio, logrando un acercamiento histórico-biográfico para describir las principales características de este centro ecoturístico, cuya fundación oficial data de 1996 en un área de reserva natural de la selva chiapaneca por un grupo indígena migrante chinanteco que pobló este espacio tras la reforma agraria de la década de los años 60 en México. Su legado cultural, entre otros factores, hizo que prosperara como un emprendimiento de enfoque sustentable; sin embargo, hoy en día, este centro ecoturístico enfrenta, entre sus amenazas, el saqueo y la caza furtiva; razón por la que combatir contra estos problemas se constituye en una de sus tareas principales y definitorias.

Palabras clave: turismo rural, turismo indígena, turismo sustentable, ecoturismo, patrimonio biocultural.


Abstract

The Guacamayas Ecotourism Center is an important benchmark in Mexico for the biocultural heritage of the jungle in Chiapas. Using a qualitative methodology and an exploratory approach, this work presents a historical-biographical approach to describe its main characteristics. In it we find particularities of its official foundation in 1996, in a natural reserve area of the Chiapas jungle, by a Chinanteco migrant indigenous group that populated this space after the agrarian reform of the 60’s in Mexico. Its cultural legacy, among other factors, made the Center prosper as an enterprise with a sustainable approach. Today the center describes looting and poaching among its threats, while its combat becomes one of its main defining tasks.

Keyword: rural tourism, indigenous tourism, sustainable tourism, ecotourism, biocultural heritage.


Introducción

El desarrollo teórico del turismo ha permitido distinguir dos grandes orientaciones de la actividad turística: la primera orientación está ligada al desarrollo económico y tecnológico de las sociedades, particularmente después de la segunda guerra mundial; se le conoce como turismo convencional, tradicional o de masas, relacionado con las actividades turísticas de sol y playa, actividades culturales en grandes ciudades y otras actividades de espacimiento con lujosa infraestructura (Ibañez y Cabrera, 2011); la segunda orientación de la actividad turística se presenta, de alguna forma, como la antítesis del turismo de masas, pues su propuesta y auge nace de la preocupación por los impactos que el turismo de masas tuvo y tiene sobre los recursos medioambientales; esta segunda orientación es representada por el turismo alternativo, que cobra su expresión en el ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo rural.

Al respecto, López y Palomino (2018) señalan que otros detonantes de esta segunda orientación han sido los cambios en los patrones de consumo turístico, que se atribuyen al incremento de tiempo libre y de las recumeraciones en algunos sectores de la población. En este contexto, el turismo alternativo es un actividad que se preocupa por el deterioro medioambienal, por lo que se desarrollada de manera racional y con apego a la sustentabilidad (Ibañez y Cabrera, 2011; López y Palomino, 2018). Es una actividad turística que persigue como fin «la realización de viajes que permitan al turista participar en actividades recreativas en contacto con la naturaleza y las expresiones culturales de comunidades rurales, indígenas y urbanas, respetando el patrimonio natural, cultural e histórico del lugar visitado» (Ibañez y Cabrera, 2011, p. 77).

Sobre el turismo sustentable, la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2022) señala tres condiciones: (1) uso óptimo de los recursos medio ambientales; (2) respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas; (3) asesorar actividades económicas viables a largo plazo. A lo que se suma el Código Ético Mundial del Turismo en 2015, un documento jurídico vinculante que promueve un turismo ético y sostenible (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano [SEDATU], 2021). Asimismo, el Estado mexicano, desde su adopción de los estatutos de la OMT en 1970 ha promovido el desarrollo del turismo sostenible en el país; como se puede verificar en el Programa Sectorial de Turismo 2020-2024, donde uno de los objetivos prioritarios es el siguiente:

Fomentar el turismo sostenible en el territorio nacional [a partir de] … Contribuir a la reducción de los impactos negativos del turismo en el ambiente para su sostenibilidad, … Promover proyectos sostenibles para impulsar el desarrollo turístico, y … Fortalecer la planeación territorial para el aprovechamiento sostenible, la conservación y ampliación del patrimonio turístico. (Secretaría de Turismo [SECTUR], 2020, p. 37)

Es así que, desde finales del siglo XX, el enfoque de sostenibilidad es relevante para la planificación de las actividades turísticas en México. En 1992, se firmaron tres tratados internacionales en la Cumbre de Río, en Brasil –Convenio marco sobre el cambio climático, Convenio de lucha contra la desertificación y el Convenio sobre la diversidad biológica–, que dieron la pauta para contar con un marco legislativo más vigoroso para los países firmantes, México entre ellos (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad [CONABIO], 2013); en tanto, que la actividad turística es reconocida, durante varias décadas, como una las actividades económicas de alta trascendencia en la política pública de desarrollo en el país. A saber, durante el 2020, México ocupó el tercer puesto a nivel mundial como el país más visitado, y el décimotercero en captación de divisas (Gobierno de México, 2022).

Por su parte, Chiapas es considerado el segundo Estado del país, solo después de Oaxaca, con mayor biodiversidad (CONABIO, 2013); lo que señala la pauta para el desarrollo de la actividad turística. De acuerdo a SECTUR (2021), para el periodo enero-diciembre de 2021 –y pese a la pandemia– la actividad turística representó una derrama económica de 14 261 millones de pesos. Además, para el 2022, Chiapas cuenta con 41 centros ecoturísticos distribuidos en 10 regiones, de las 15 que conforman la entidad, según información brindada por la titular de la Secretaría de Turismo en Chiapas, de la Vega (2022), señalando que, como política en el Estado, existe el interés por promover el ecoturismo, sobre todo en observación de aves; actividad propicia debido a las características de la diversidad biológica de la entidad deferativa y que cuenta con un amplio mercado de alta demanda. Asimismo, anunció el lanzamiento y celebración del proyecto Chiapas birding and photo festival para abril del 2023, y da a conocer tareas de colaboración con el gobierno de la República de Guatemala para impulsar la conectividad turística (de la Vega, 2022). Este panorama se convierte en una oportunidad interesante para los centros ecoturísticos que ya promueven, dentro de su cartera de servicios, la obsevación de aves y la protección de especies amenazadas o en peligro de extinción en el territorio chiapaneco.

En Chiapas, el Centro Ecoturístico Las Guacamayas se distingue porque convergen una serie de factores en él, como la cercanía con la frontera de Guatemala, la colindancia con la reserva ecológica Montes Azules y la fundación del poblado como producto de la reforma agraria en México. Este centro ecoturístico es un emprendimiento indígena gestado en la década de los años 90 por una comunidad chinanteca originaria del estado de Oaxaca, que migró a Chiapas bajo la política de repoblación de la selva chiapaneca emprendida en los años 60 para desahogar los conflictos en el sector agrario que ocurrían durante el mandato del entonces presidente de la República Miguel Adolfo López Mateos (1958-1954). Cabe mencionar que la reserva ecológica Montes Azules fue la primera en declararse en Chiapas en 1978, siete años después de la creación del programa de la UNESCO sobre El Hombre y la Biósfera, en 1971 (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas [CONANP], 2018a). De igual forma, se destaca que Chiapas es uno de los lugares con la mayor cantidad de Áreas Naturales Protegidas (ANP), ya que cuenta con un total de 50 áreas, entre federales y estatales, y de ellas siete son reservas de la biósfera (Instituto para el Desarrollo Sustentable de Mesoamérica [IDESMAC], 2018). De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT, 2018) en el país, al menos 89 de las 182 ANP poseen vocación turística y se ilustran con sitios como Costa Occidental del estado de Quintana Roo, Islas Marietas del estado de Nayarit, Reserva de la Biósfera el Vizcaíno del estado de Baja California Sur, Reserva de la Biósfera Río Celestum del estado de Campeche, entre otros. Además se cuentan, dentro del listado de ANP emblemáticas, los Parques Nacionales Cañón del Sumidero y Palenque en el estado de Chiapas.

En 2021 el Centro Ecoturístico Las Guacamayas cumplió 25 años operando formalmente como un espacio de actividades ecoturísticas, que se caracteriza particularmente por su compromiso con la protección y reproducción en vida libre de la guacamaya roja (Ara macao), una de las muchas especies que distinguen el espacio biológico de la región y que forman parte de una cultura de protección y cuidado de parte de los pobladores. Hoy en día, constituye un patrimonio biológico y cultural valioso al sureste de México, más aún por desarrollar actividades de turismo en el Centro Ecoturístico Las Guacamayas con el espacio regional compartido con la Reserva de la Biósfera Montes Azules.



Metodología

Diseño de la investigación

Este es un avance de la investigación sobre gestión sostenible en turismo comunitario del Centro Ecoturístico Las Nubes y Centro Ecoturístico Las Guacamayas, en la región de la selva, en Chiapas. Es un trabajo de estancia sabática del proyecto 2466, del Programa de investigadoras e investigadores por México del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en el que se tiene, como uno de sus objetivos, desarrollar una propuesta de distribución de servicios (e-commerce) para el Centro Ecoturístico Las Guacamayas. La primera fase de la investigación de mercados, exploratoria, estuvo dirigida a «reunir información antecedente, clarificar los problemas y formular hipótesis o establecer las prioridades de la investigación» (Hair et al., 2004, p. 144). En esta fase se reunió información de los actores de este centro ecoturístico, sus principales características, condicionantes históricas y socioambientales; ponderando la mirada histórico-autobiográfica de los actores.

El enfoque de esta investigación es cualitativa, se utiliza el multimétodo, considerando como técnica el recojo de datos sobre la historia de vida, la entrevista no estructurada y la revisión documental. Es decir, se utilizó diferentes estrategias procedentes de un mismo enfoque de investigación u orientación paradigmática con esta modalidad multimétodo (Blanco y Pirela, 2016). Respecto a la historia de vida como herramienta metodológica es una técnica básica en estudios de caso, en tanto «permite conocer y conferir significado al contexto cultural de las personas con quienes se trabaja, comprender su subjetividad y orientar la acción» (Puyana y Barreto, 1994, p. 181); respecto a la entrevista es una técnica ampliamente usada en diversos enfoques cualitativos y se sugiere también para fines de investigación de mercados (Hair et al., 2004).



Categorías de análisis

El enfoque cualitativo permite cierta flexibilidad al investigador para adentrarse al campo sin la finalidad inmediata de evaluar hipótesis (Tylor et al., 2016). Y, al tratarse de una investigación exploratoria se infiere que aún las variables de investigación no están bien específicadas; no obstante, el trabajo se inició con cuatro categorías de análisis para el Centro Ecoturístico Las Guacamayas: 1. Principales características del espacio regional (municipio y ejido); 2. Principales características histórico y socioambientales de este centro ecoturístico; 3. Principales actividades turísticas de carácter sustentable en el centro ecoturístico; 4. Principales amenazas socioambientales a la actividad turística sustentable en el centro ecoturístico. No se parte de una teoría preestablecida, más bien se buscan antecedentes notables para generar conocimiento sobre el centro ecoturístico.



Participantes y recolección de datos

Las entrevistas se efectuaron en marzo de 2022, son declaraciones del actual presidente de la Sociedad cooperativa, quien ostenta ese cargo durante tres periodos; vale decir, desde que entró en funcionamiento el Centro Ecoturístico Las Guacamayas; además es el primer comisariado ejidal de la comunidad en donde se asienta este centro ecoturístico y ha formado parte del grupo gestor de la remunicipalización de Marqués de Comillas, municipio al cual pertenece actualmente la comunidad.

Asimismo, se entrevistó al gerente actual de este centro ecoturístico, hijo del presidente en turno de la Sociedad y miembro de la comunidad. Por tanto, el diseño de muestreo es no probabilístico o muestreo por juicio; es decir, se elige en el lugar a las personas que se van a entrevistar. Como lo determinan Hair et al. (2004, p. 308), «el supuesto de fondo es que las opiniones de un grupo de expertos percibidos son representativas de la población objetivo». En estos primeros acercamientos interesa conocer la percepción de los que toman las decisiones, de los que ofrecen el servicio, pues son ellos los que van a dar forma a una metodología participativa grupal y pueden, más adelante, establecer las estratégias para una propuesta e-commerce a partir de la informacción recabada.



Análisis e interpretación de datos

López (2016, p. 120) afirma que «los programas existentes son herramientas tecnológicas que ayudan a un tipo de análisis, pero no hacen análisis en sí». Efectivamente, con la información obtenida mediante las entrevistas no se empleó algún software para su análisis, más bien se optó por la discusión comentada entre los autores de las versiones estenográficas de las mismas.



Antecedentes

En 1960 el presidente Adolfo López Mateos anuncia en Guaymas, Sonora, la decisión de dedicar los terrenos nacionales a la dotación de ejidos, misma que fue aprobada dos años después como reforma legal (Aboites, 2017); llevaba consigo una política de colonizar con población campesina las zonas poco pobladas, reubicando aquellas poblaciones con pugnas agrarias, como es el caso de los pobladores que fundan y desarrollan el Centro Ecoturístico Las Guacamayas en el ejido Reforma Agraria en Marqués de Comillas, Chiapas, municipio que es elevado al rango de municipio libre como consecuencia de los acuerdos de San Andrés Larráizar sobre Derechos y cultura indígena, pactados bajo el movimiento zapatista en 1996. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC, 2007) informa que la región se la selva en Chiapas es una región receptora de población desde la década de los cincuenta, con diferentes grupos étnicos asentados en la zona de la reserva Montes Azules y su zona de influencia, cuyo pico poblacional se alcanza en 1986. Este espacio regional, además, se ve caracterizado por desplazamientos al interior del territorio chiapaneco que se intensifican en la década de los noventa, algunos asociados al movimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Martínez (2005) presenta datos sobre la identificación de la población desplazada: 14 096 personas en el periodo 1996-2000, en el territorio chiapaneco de 19 municipios, incluyendo en el listado el municipio de Marqués de Comillas, en donde se ubica este centro ecoturístico; también, reseña algunas condiciones que permiten entender el espacio regional que ocupa actualmente este centro ecoturístico durante el periodo en el que se constituye oficialmente.

Las causas del desplazamiento forzado, pueden dividirse en dos grandes agregados: en un primer grupo, conformado por los municipios de Sabanilla, Tila, Tumbalá y Salto de Agua, la migración violenta se debió a la presencia de grupos armados luego del levantamiento, mientras que en un segundo grupo, conformado por Chenalhó, Cintalapa, Chiapa de Corzo, Huitiupán, Huixtán, La Trinitaria, Maravilla Tenejapa, Marqués de Comillas, Nicolás Ruiz, Venustiano Carranza, Escuintla y Villacorzo, se debió a pugnas y rencillas intracomunitarias y disputas políticas, entre las que destaca el control partidario PRI vs. PRD, así como la lucha por el acceso a los recursos materiales (tales como fuentes de abastecimiento, agua o materiales de construcción) y diferencias por la reforma agraria. (Martínez, 2005, pp. 202-203)

Luis Hernández Dávila es miembro fundador del Centro Ecoturístico Las Guacamayas y también uno de los primeros pobladores; se reconoce como indígena chinanteco; tiene 75 años y es originario de San José Mano de Marqués, comunidad del municipio de Ayozintepec, Oaxaca. Cuando se le pregunta las razones para migrar a Chiapas explica lo siguiente:

Usted sabe que aquí fue zona de colonización en los años 70, cuando Adolfo López Mateos era presidente de la República, para desahogar los diferentes problemas agrarios en el país, hablamos de Michoacán, Oaxaca, Veracruz … Entonces dijeron, vamos a poblar la selva, y esta parte se decreta como área de amortiguamiento de la reserva Montes Azules, y se decretan nuevos centros de población. Hasta eso, se crea un nombre nuevo, un centro de población ejidal. Eso es: se viene a colonizar el sureste … Nosotros supimos que esto se estaba colonizando, que había tierras. Entonces, allá tuvimos problemas … Perdimos lo que perdimos, lo que teníamos … Convencí a mi familia y nos venimos todos, todos … mi familia. Todos estamos aquí. Allá quedó tendido mi papá, lo mataron por ese problema agrario … a mi suegro, a sus parientes, por toda esa cuestión. Nos venimos, y aquí empezamos a trabajar.

Luis Hernández cuenta que tenía 29 años cuando llegó a vivir a Chiapas; estaba casado y venía con su esposa embarazada de su primer hijo. En la carta del restaurante del Centro Ecoturístico Las Guacamayas se relata brevemente la historia de conformación del mismo (se dispone así para cualquier comensal):

Los fundadores del ejido Reforma Agraria somos originarios del Estado de Oaxaca y pertenecen al grupo étnico chinanteco. El 30 de marzo de 1976 salimos del Ojo de agua municipio de Tuxtepec, Oaxaca. El 11 de abril del mismo año llegamos a un pueblo llamado Tlaltizapan hoy Zamora Pico de Oro, hasta el año de 1980 que formamos de manera oficial el ejido Reforma Agraria con 40 familias … En 1989 iniciamos con algunos programas de educación ambiental y esto sirvió para la búsqueda de un desarrollo para nuestra comunidad y la conservación de los recursos naturales. En 1991 se inicia el proyecto para la conservación de la guacamaya roja apoyado por el Instituto Nacional Indigenista (INI) poniendo 30 nidos artificiales. En 1996 se forma la sociedad cooperativa Ara Macao con 16 socios, gestionando ante SECTUR recursos para infraestructura, en este mismo año se logra la construcción de las cabañas.

Wladimir Hernández Davila, de 37 años, hijo de Luis y actual gerente del Centro Ecoturístico Las Guacamayas, narra en sus palabras la historia:

Los socios en su mayoría no tuvieron estudios. Son personas que tuvieron que emigrar de Oaxaca. Ellos vienen de una comunidad llamada Ojo de agua, municipio de Tuxtepec, Oaxaca. Por problemas agrarios ellos tuvieron que migrar de ese Estado y llegar a Chiapas. En ese entonces se estaba poblando toda esta zona que llamamos Rivereña Lacantú, por el río precisamente, que es el río Lacantú, que tenemos acá. Entonces, se formaron varias comunidades. Nosotros llegamos primero a una comunidad que se llamaba Tlaltilzapán, que está de aquí, más o menos, a unos ocho kilómetros. Posteriormente esa comunidad se separa y se forma Zamora Pico de Oro y nosotros. Nuestros padres vienen hacia esta parte y formamos el ejido Reforma Agraria. En su mayoría aquí todos son originarios de Oaxaca. Hay una familia aquí de Reforma, otra de Villahermosa … son pocas … Aquí todos somos familia: tíos, primos, hermanos, en su mayoría. (comunicación personal)

Asimismo, a la entrada de este centro se sitúa un mapa de la región y un letrero que reza: «Quiénes somos: Etnia chiananteca, 200 habitantes; Origen: Oaxaca». De acuerdo al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI, 2020) para el 2015, en Chiapas, se registran 1212 chinantecos, de los cuales 629 son mujeres y 583 son hombres; e identifica a esta población como «migrante chinanteco» (Figura 1).

Figura 1
Distribución del pueblo indígena chinanteco en México

Nota.Tomado de INPI, 2020.



Trazos para el binomio patrimonio biológico patrimonio cultural

Con la introducción del marketing como disciplina surge el concepto de producto turístico en Europa durante el siglo XX; el turismo se propagaba en el mundo, dando pie, en Latinoamérica, al avance del turismo cultural enfatizando en el legado de las culturas prehispánicas que posee la región, incluyendo otros tipos de turismo, como el turismo de selva en Brasil, Colombia y Ecuador (Riguzzi y De los Ríos, 2016). Sin embargo, en México desde el siglo XIX la vinculación patrimonio-turismo ya era notoria por el crecimiento de la red ferroviaria y su vínculo con la estadounidense que impulsaron el interés por conocer la frontera y viajar a México, lo que se hizo popular; son algunas razones por las que el atractivo más interesante era el patrimonio histórico. Riguzzi y De los Ríos (2016), lo comentan así:

Crecen los flujos de turismo organizado que tienden a reemplazar la figura del viajero … La imagen romántica del México prehispánico y del exotismo azteca –‘land of Moctezuma’– se asocia con la de «Egipto del Nuevo Mundo», y se propaga en novelas y libros de promotores turísticos. (p. 115)

En el siglo XXI el turismo en México, como en todo el mundo, tiene como tendencia el crecimiento anual de hasta 20% en ecoturismo, principalmente en actividades relativas al turismo rural y comunitario (CONANP, 2018b); crecimiento que se refleja en el número de visitantes a las ANP. Un documento muy importante en la materia es el Marco Estratégico de Turismo Sustentable en Áreas Naturales Protegidas de México, en donde se establece la relación estrecha entre patrimonio natural o biológico y patrimonio cultural en las ANP del país; documento que, además, insta a establecer estrategias para un enfoque sustentable y atenuar los impactos negativos que tiene el turismo como una actividad económica de alto consumo de recursos naturales (CONANP, 2018b).

En México, Oaxaca y Chiapas cuentan con un legado prehispánico fascinante, ilustrado por los sitios arqueológicos en sus territorios: 11 zonas arqueológicas en Oaxaca y 10 zonas arqueológicas en Chiapas (Instituto Nacional de Antropología e Historia [INAH], 2022); que los hace territorios propicios para el desarrollo del turismo cultural, además de ser entidades consideradas como dos de las de mayor diversidad étnica y cultural, por la cantidad de pueblos indios asentados en el territorio. El número de pueblos indígenas en Oaxaca es de 16 y para Chiapas, de 13. El patrimonio material e inmaterial como legado prehispánico destaca por sí mismo en la región, pero aunado a ello la diversidad biológica es una característica altamente perceptible en la zona. De acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, 2021) Oaxaca es la entidad que registra la mayor diversidad del país; mientras que, para CONABIO (2022), Chiapas cuenta con una de las mayores riquezas florísticas de México, se le reconocen 17 tipos de vegetación en su superficie. Chiapas destaca por su gran diversidad biológica y ocupa el primer lugar nacional en diversidad de mamíferos terrestres con 206 especies. Actualmente se registran 41 centros ecoturísticos en Chiapas, incluyendo el Centro Ecoturístico Las Guacamayas (SECTUR, 2022).

El Centro Ecoturístico Las Guacamayas se rige por una sociedad cooperativa conformada actualmente por 20 miembros (14 hombres y 8 mujeres). El actual presidente explica que la idea de desarrollar un proyecto de esta naturaleza surge a raíz de la estancia de algunos investigadores de Suiza y Estados Unidos y México, quienes visitaron la región por el estudio de la biósfera; también, por la presencia de un investigador que les dio capacitación en el tema. El tránsito de un espacio territorial a otro por el grupo fundante de este centro ecoturístico encontró como variable común importantes coincidencias relativas a la biodiversidad entre los estados de Chiapas y Oaxaca. Sin embargo, en el relato de uno de los miembros fundadores se muestra la preocupación inicial por no contar con una zona arqueológica para emprender la actividad turística:

Entonces vinieron y vieron y nos comenzaron a decir que el turismo era una opción y estaba interesado en la cuestión del turismo y nosotros le decíamos: ¿Qué vamos a enseñar?, ¿el río? No tenemos ruinas aquí, ¿qué les vamos a enseñar? Después nos organizamos en el 96 para crear la cooperativa.

Por su parte, la CONANP (2018a) describe el valor de una de las estaciones de investigación para el municipio en el que se sitúa el Centro Ecoturístico Las Guacamayas:

En esas fechas que uno de los autores (Javier de la Maza) realizó su primer viaje a Marqués de Comillas y constató, por medio de estudios sobre mariposas, que se trataba de un lugar de muy alta biodiversidad. Pronto se sumaron otros investigadores tanto de la UNAM como de otras instituciones y la primera base operativa se estableció en 1980 en una casa rústica en el ejido Boca de Chajul; pero al percatarse, por un lado, del acelerado proceso de deforestación en los ejidos y, por el otro, que los ejidatarios estaban también ocupando la margen del río Lacantún decretada como Reserva y que pertenecía a los lacandones, se propuso en 1983, a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) la instalación de una estación de campo en la Reserva, a la orilla del río, con el fin de garantizar su protección. La primera acción importante de la Estación Chajul fue el acuerdo con los ejidos de Marqués de Comillas colindantes con la reserva para desocupar las tierras que trabajaban de manera ilegal y respetar la reserva; lo que se ha cumplido cabalmente hasta la fecha, así como el establecimiento de personal permanente en el área. (p. 100)

Estas declaraciones concatenan los hechos expresados por el miembro fundador Luis Henández, con respecto a la presencia e influencia que tuvieron investigadores de la zona en el desarrollo de un enfoque sustentable para la actividad turística.

Wladimir Hernández, el hijo, también relata sobre la llegada de sus padres miembros fundadores:

Cuando ellos vienen aquí, igual que en Oaxaca, todavía se lograba ver fauna, todavía se lograba ver la guacamaya roja en esa zona. Entonces ellos vienen hacia esta parte, era totalmente selva, todo era selva. Tuvieron que talar para formar la comunidad, para formar el área agrícola, el área ganadera y destinar más del 50% para conservación.

Señala, además, el valor que se ha logrado conferir al espacio territorial que ocupan por incluir a la Reserva de la Biósfera Montes Azules en los libros de texto de la Educación Básica de los niños en México (Figura 2):

La comunidad en sí nace primero. El proyecto surge mucho después, pero desde la fundación del ejido, pues la comunidad decide distribuir bien su territorio y el área que se le otorga. Entonces, destina más del 50%, que son 1463 hectáreas de conservación. Ahí está la reserva … Esta Reserva aparece en el texto de libro gratuito, un pequeño fragmento, de la primaria, de cuarto grado.

Figura 2
Fragmento de la página 81 del Bloque II del libro gratuito de Geografía
de 4.o año de primaria en México

Nota. Libro publicado por el Gobierno de México, 2021.

Ahora bien, Nivón y Sánchez (2014, p. 52) señalan que el patrimonio es «una relación social, una galaxia de objetos plenos de significados … a partir de los cuales los miembros de la sociedad nos relacionamos para identificar el pasado y encontrar vías para transitar hacia el porvenir». Los textos y gráficos del libro presentado en la Figura 2 tienen significancia práctica para los actores de este centro ecoturístico, al ser un medio de promoción turística directa de la región. En palabras del gerente del lugar: «Entonces, tuvimos algunos niños que por curiosidad nos ven, de ahí que vienen precisamente a visitarnos de los diferentes Estados; también nos ayuda una parte». Pero, más allá del enfoque mercadológico del relato, el libro de texto es una pieza de la historia que permite inferir trazos de la configuración del binomio patrimonio biológico patrimonio cultural en las actividades turísticas del Centro Ecoturístico Las Guacamayas, como parte de la reserva Montes Azules. El libro, entonces, se convierte en un objeto que revela al propio centro como patrimonio para todos los mexicanos. Ese binomio ha supuesto pautas para su construcción en el hallazgo de posibilidades comunes en el conocimiento del medio de los fundadores:

Entonces llegamos de allá. Vivíamos en un poblado perteneciente a Ayozintepec; hay mucho maíz ahí. Pero vivíamos más para acá, en un lugar que se llama Mano Marqués. Pasando ese cerro de Mano Marqués, ahí tenían mis padres un ranchito; se llamaba Plan Carrasco, una zona casi similar aquí, nada más que allá había valle, donde se trabajaba la agricultura, la ganadería, y lo demás era selva … Aquí y allá se parecen porque hay mucha agua. Allá el río Papaloapan, aunque en Ayotzintepec es el río Cajón … Eso permitió decir luego si tumbamos todo aquí qué va a pasar, vamos a tener una zona desolada. Comenzamos a organizarnos para trabajar en áreas o actividades. Desarrollamos un área para la ganadería, una para la agricultura. Conocemos ya cuáles son las tierras buenas para la agricultura … Eso nos permitió decir ¿qué hacemos aquí?, ¿destruir todo?, ¿convivir con la naturaleza? Entonces pues, de donde venimos había selva, había área de trabajo y, pues, ya fue fácil platicar, venir y ponernos de acuerdo para que aquí quisiéramos un manejo sustentable de esta tierra.

El Centro Ecoturístico Las Guacamayas construye su historia como una respuesta ante la adversidad que viven los pobladores de Reforma Agraria al dejar su entorno habitual atrás, marcados por las memorias de un conflicto que los enfrenta a una orfandad de varios tipos, como la pérdida de seres queridos y de la familiaridad en un territorio que da origen a su identidad como pueblo chinanteco. Afrontan, además, la incertidumbre de saber si una actividad económica, como el turismo, puede prosperar a pesar de no contar con una zona arqueológica en su territorio. Concerniente a ello, Marchelli (2002) afirma:

La identidad colectiva se construye a través del patrimonio cultural como respuesta simbólica tanto ante la adversidad y la incertidumbre, como ante el cambio y la permanencia. Por ello, los pueblos han construido a través de su cultura un patrimonio simbólico para comprender y entender el tiempo, para lograr que la vida continúe en su circularidad vital. (p. 102)

En este caso, el desplazamiento y la repoblación del espacio de la selva en Chiapas constituyó un nuevo patrimonio biocultural. A la distancia, no fue posible lo uno sin lo otro. Visto desde esa óptica, el Centro Ecoturístico Las Guacamayas es un puente a la reinvención del patrimonio para un pueblo indígena desplazado.



La apropiación del territorio como pauta para un proyecto ecoturístico

Guerrero (2012, p. 112) se refiere al territorio como «un espacio donde un grupo social desarrolla su propia cultura mediante prácticas sociales históricas en la elaboración de bienes tangibles e intangibles sólidamente ligados a su forma de vida». Cuando el grupo chinanteco migró a la selva en Chiapas ya contaba con diversas prácticas productivas aprendidas, por ejemplo, en el cuidado de la tierra y la crianza de animales de pastoreo y corral; conocía de las bondades que la selva y también de los riesgos. En torno a ello, Luis Hernández, recuerda: «Yo anduve en los setentas en Oaxaca en un movimiento social; vi también la parte de Oaxaca de la Mixteca, todo eso por allá, como estaba desolado, la deforestación, cómo se veían los cerros». Pero, ¿qué permite que el proyecto ecoturístico prospere?, ¿cómo son los diálogos comunitarios, los apoyos económicos y de infraestructura que recibieron y los aspectos de la comunidad que lo hacen posible? Luis Hernández responde:

Y también la gente de Oaxaca somos participativos. Ya ve que allá, los tequios. Entonces veníamos con esa cultura del trabajo en equipo. Venir de Oaxaca nos permitió tener un concepto social y no personalista. Eso es lo que nos permitió organizarnos en el ejido, primero. Comenzamos con el proyecto de manejo y conservación de la guacamaya. Convencimos al INI de que nos apoyará para construir unos nidos y colocarlos en los árboles para sustituir todos los que estaban cayendo por la deforestación: los árboles se tiraban y ahí había nidos. Entonces, comenzamos a poner nidos. Posteriormente ya la institución con conocimiento de la intención que teníamos, de un proyecto de criadero a nivel ejido, surgió un grupo… y vamos a reproducir en cautiverio la guacamaya.

La voz de Luis Hernández es muy importante, pues por tercera vez preside la sociedad cooperativa desde su fundación, además de conocer bien las preocupaciones agrarias de la región, ya que participó en espacios claves de la gestión comunitaria, como lo detalla en la entrevista:

Al principio trabajamos como una empresa semicolectiva. Teníamos un encargado para la cuestión ganadera, un encargado para la agricultura, para el comercio. Yo era el que andaba en la gestoría. Me pasé más de 20 años en la gestoría. Sí, fui el primer comisariado. Siendo el primer comisariado, se consigue una unión de ejidos de toda la zona, desde Benemérito hasta Chajúl. Llegamos a ser 17 comunidades. Fui presidente, tesorero … dos veces presidente. Me pasé casi 20 años haciendo eso. Y aquí en el ejido fui comisariado tres veces, a pesar de que era el tesorero de allá, fui el comisario de acá, y eso me permitió esta parte con los compañeros del cómo organizarnos … estuve tres años en el ayuntamiento. Fui partícipe de la remunicipalización de Benemérito y Marqués de Comillas. Originalmente este municipio pertenecía a Ocosingo.

Al estudiar los impactos de la reforma agraria, Reyes (1992), asegura que, en una decena de municipios en Chiapas, incluyendo Marqués de Comillas sucede lo siguiente:

La propiedad social llega a alcanzar porcentajes arriba de 90, mostrando con ello el peso que la reforma agraria tuvo en estas zonas y cómo el reparto de tierras se constituyó prácticamente en la única vía de acceso a la tierra. (p. 264)

De ahí que el enfoque ecológico emprendido por la comunidad remite a anécdotas importantes de la defensa de los recursos de sus tierras de hace más de 20 años y de la búsqueda de sustento, pues en algún momento aspiraban a reproducir la guacamaya en cautiverio y comercializar algún porcentaje. Aunque después, paulatinamente, se fue constituyendo una defensa más enérgica de la especie, hasta ser reconocidos hoy por su participación activa en la protección y reproducción en libertad de la especie. En la Figura 3, se puede apreciar un nido artificial colocado por este centro ecoturístico.

Aquí tenemos nada más registradas, podemos decir, en nuestro monitoreo, alrededor de unas 280 guacamayas que permanecen en nuestra zona, en nuestra área … Lo más reciente que se consiguió es un recurso de la Unión Europea para la colocación de nidos artificiales de guacamaya. Es decir, nosotros tenemos aquí este programa directo de elaboración de nidos de guacamaya. Y también nos otorgaron alimentos para guacamayas: mandaron papillas para crecimiento, croquetas para el desarrollo de guacamayas. Ahora nos encontramos justamente en la temporada de reproducción, algunos nidos ya tienen polluelos y otros todavía no tienen huevos … Esta temporada se colocaron 16 nidos artificiales precisamente con el recurso que se consiguió. Cada nido está valorado en 4500 pesos mexicanos. Las personas de aquí mismo los laboran, son de árboles muertos … pero tenemos instalados en toda nuestra área más de 35 nidos artificiales … Algunos nidos son nuevos; otros sustituyen a los nidos viejos que ya están en desuso por la guacamaya … nosotros para poder detectar dónde colocar un nido de guacamaya tenemos que verificar que ese árbol sea concurrido por la guacamaya, estar seguros que lo visita, así que lo vamos monitoreando por día. También tenemos que ver si ese árbol alrededor no tiene demasiada vegetación, porque eso ayuda a que los depredadores puedan acceder: uno de los principales depredadores de la guacamaya es el mono araña, se come el huevo de las guacamayas. La mayoría de los nidos de guacamayas se han instalado en árboles ceiba. La ceiba es un árbol liso totalmente y no es tan fácil de trepar, y también son muy altos. Tiene que estar despejado totalmente el área para poner el nido. Las guacamayas no hacen nido, sino que utilizan los huecos de los árboles para anidar. Aquí en el centro ecoturístico tenemos instalados dos nidos; el resto, en el área de potreros y en la comunidad. Muchos nidos no todos los años van a ser ocupados por las guacamayas, por ejemplo, si han sido ya ocupado por un búho o por alguna otra ave y ya dejó excremento o alguna pluma o algo ya no lo utiliza la guacamaya, sino que busca otro nido. Aquí nosotros al estar seguros de que los nidos la temporada anterior fueron ocupados son los nidos que principalmente vamos a limpiar. Tenemos que cambiarles el aserrín, dejar totalmente limpio el nido para que lo puedan ocupar. Entonces, todos los años es un trabajo grande, toda la temporada de reproducción cambiar el aserrín, la limpieza general el nido y si está podrido el tronco … porque también el pájaro carpintero a veces lo comienza a picar. O, a veces, se ocupa por la abeja africana, también las ahuyentamos.

Figura 3
Nido artificial de guacamaya colocado en el área del
Centro Ecoturístico Las Guacamayas

Nota. Datada el 2 de abril de 2022.

Luis Hernández cuenta que algunas veces tuvieron que decomisar guacamayas saqueadas, a pesar que algunas instituciones del Estado cuestionaban su autoridad:

Habíamos decomisado lanchas que a veces subían. Y venían ahí las guacamayas. Fuimos hasta el almacén de Benemérito a recoger unas guacamayas. ¿Quiénes son ustedes? Pero bueno … hicimos eso … ya teníamos como 20 guacamayas.

También Luis Hernández se expresa respecto a ser autoridad o no en sus territorios; en este sentido, el valor y el derecho de las comunidades indígenas a autodeterminar sus reglas de convivencia:

Nosotros entramos con un concepto de un manejo sustentable. Esta cuestión de respetar. Empezamos a implementar normas dentro de la comunidad de que el respeto, nunca sería saqueo de guacamayas, loros, de tucanes. Los monos no hay que matarlos, porque muchos lo agarran para mascotas: ‘hay que matar a la nana’. Y todo se empezó a implementar desde dentro de la comunidad, desde que nos trasladamos como grupo con ese criterio. Nuestras normas. Nuestros reglamentos con sanciones. Y todo al inicio se tuvo que ver como prohibición: la resortera con los niños. Pero era también un trabajo dentro de la asamblea que ‘por qué, ¿y si no hacen caso?’ ‘Pues, entonces, tenemos que sancionar’ ‘y la tiendita que vende … cacería con perros: ¡Nada!’ De cacería con perros de trabajadores que tuvimos. Muchos trabajadores refugiados. ‘Así es señores, y mejor, ¡vete!’ ‘No, no perros.’ ‘Y ustedes, ¿van a trabajar o van a ir detrás de la cacería?’ Muchos en dos o tres días andaban cazando. Y no, no. Entonces, se tuvo que actuar en la comunidad, de normar todo … todo eso se trataba en asamblea: por qué teníamos que cuidar. Queríamos ser un ejido con otro concepto … entonces, dijimos, vamos a hacer un pueblo, y la única parte que vamos a agarrar de las leyes es que dice la asamblea es la máxima autoridad de un pueblo establece sus propias leyes sin violar la Constitución. Entonces aquí vamos a crear nuestro reglamento, vamos a tratar de tener una convivencia sana sin tener que estar denunciándonos aquí. Nunca a nadie hemos mandado al concilio por un detalle o chisme, al ministerio público o cosas por el estilo. Tratar de resolver en asamblea. Se sanciona … y esos papeles, las leyes, nos sirven para ir al baño, les decía yo, porque desgraciadamente en esta condición las han violado, las han modificado … los derechos están hechos a modo de beneficiar a unos cuantos, pero no por eso violo leyes, ni estamos en contra de nuestro Estado … pero que no digan que no podemos multar por la cuestión de un reglamento. Piensan que una guacamaya se le va a cobrar en 5000 o 10 000 pesos, y eso nos lo rechazan, porque luego dicen que les corresponde allá y no nos corresponde a nosotros. Entonces, ¿cómo vamos a normarnos?

Con relación a ello, Manpulez (2020), al concluir su exposición sobre la historia del derecho agrario en las comunidades indígenas, insta al reconocimiento de su existencia jurídica y de plena capacidad, y precisa que limitar la capacidad jurídica de las comunidades es «condenarlas a tener una vida jurídica, social y económica precaria y a dotarlas de raquíticos derechos, todo ello en detrimento del progreso y bienestar de dichos grupos» (p. 222). En materia de turismo, para que el turismo indígena se desarrolle y prospere es necesario el respeto como uno de los principios. De acuerdo a la OMT (2021):

Respetar los valores culturales y el capital cultural de los grupos indígenas, su relación física, espiritual y cultural con sus tierras tradicionales y leyes consuetudinarias, para poder entender qué beneficios esperan del turismo y el papel que desean desempeñar. Respetar los modelos de gestión que las comunidades indígenas desean aplicar al desarrollo turístico. (p. 7)

Arantes (2014), por su parte, advierte que es común el rechazo de parámetros y procedimientos para la conservación patrimonial –de cualquier tipo– cuando son impuestos o gestados en un lugar distinto al espacio propio de toma de decisiones de las comunidades. La intervención propicia la fragmentación y pérdida de la memoria social; de ahí que sea tan importante entender (como una de varias pautas para el desarrollo y éxito del emprendimiento del centro) el concepto social al interior de la comunidad, y particularmente de los integrantes de la sociedad cooperativa, como lo señala Kingman (2004):

Si esto se ha logrado consolidar es porque se ha tenido esa cuestión de grupo. Si nos dejáramos llevar por los problemas internos que existen, las posturas necias, a veces, de compañeros que a veces creen que esto es así y punto, entonces, nos repartimos o enojamos y cada quien agarra por su lado, pero no, se ha buscado el consenso, se ha tratado de resolver y no personalizar los problemas.



Amenazas: saqueo y caza furtiva

El turismo en ANP no siempre disminuye la presión sobre los recursos naturales o logra la aceptación de las restricciones de uso de la población local de los recursos o, incluso, no alcanza a promover un desarrollo socioeconómico real, lo que particularmente se observa al estudiar variables como la pobreza, el acceso a las tierras cultivables y las presiones sociales y económicas producto de las tendencias globales que los locales viven, además de los intereses y estructuras de poder de todos los órdenes, así como la debilidad políticaadministrativa de las instituciones encargadas de ANP (Brenner, 2006). Las tareas del Centro Ecoturístico Las Guacamayas se han visto amenazadas por varios factores a lo largo de sus años de existencia. Sin embargo, el saqueo y la caza furtiva, la reducción de ingresos para su operación y mantenimiento por factores externos, como ha sido la pandemia por la Covid-19, o una rotación de personal debido a una creciente migración de los pobladores y empleados al extranjero son hallagos interesantes durante las primeras entrevistas. De ellos, el saqueo y la caza furtiva brindan ejemplos de la importancia del apoyo comunitario para el logro de la tarea. El gerente actual del Centro Ecoturístico Las Guacamayas explica cómo se vive la temporada de reproducción y algunas de sus amenazas:

La temporada de toma de nido se inicia en diciembre. Los polluelos salen con las primeras lluvias de mayo, empiezan a volar, y en esas fechas siempre vamos a tener que rescatar algunas guacamayas que caen del nido, que tal vez son atacadas por depredadores, en este caso por águilas, halcones y otro tipo de animales. Y todavía se sigue aquí el saqueo de guacamayas, todavía se sigue … ahora ya es un delito vender guacamayas, tanto en cautiverio como en vida libre, es un delito de más de 40 000 o 60 000 pesos de multa y años de cárcel.

Contrariamente a lo que se espera, frente a las amenazas comunes las acciones tomadas agravan el problema y su participación como centro:

No tanto nosotros, no podemos ir a decomisar ejemplares. No son gente de Guatemala, son gente de aquí, chiapanecos. A veces hasta familiares … La guacamaya en el mercado negro se vende entre 8000 y 12 000 pesos, un par de guacamayas … aquí todavía se sigue dando … viene un político, viene un diputado, un senador, qué es lo primero que le regalamos: un loro, una guacamaya, un tucán o algo y aparte de eso, pues, ya hay compradores identificados, son personas de aquí que lo saquean. Aquí aparte de la extracción de guacamayas se da la cacería del tapir, jabalines, tepezcuintle … Nuestra reserva colinda como las comunidades de Zamora, Pico de oro, La Victoria, López Portillo, López Mateos y nuestra comunidad. Toda esta zona de alrededor ya es área de potrero. Nada más quedan estas 1463 hectáreas. Y ahí por todos lados entran cazadores. Siempre se reporta … Colocamos cámaras trampas, pero las cámaras eran detectadas con facilidad y las destruían

Es decir, en Chiapas el tráfico de aves es un problema que dura más de una década. Por su alta diversidad biológica, este lugar ha sido objeto de saqueo y tráfico ilegal, como se detalla en las siguientes publicaciones: en 2005, Mariscal, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) declaró que el tráfico de aves exóticas en Chiapas deja ganancias anuales por 24 millones de pesos, generalmente por el tráfico de loros, guacamayas, pericos y tucanes; PROFEPA (2015) publica el aseguramiento en Chiapas de seis cotorras cachetes amarillos, cuatro pericos frente blanca, tres guacamayas verdes, dos pericos cabeza de viejo y dos pericos aztecas; en 2021, en el zoológico Miguel Álvarez del Toro, en la capital del Estado, Tuxtla Gutiérrez comunica tener bajo su cuidado 36 loros que fueron robados de nidos y que llegaron deshidratados, desnutridos y estresados (como se citó en Portal Ambiental, 2021). El problema del tráfico de aves puede haberse empeorado por la poca y oportuna presencia de autoridades institucionales para la protección el medioambiente, Wladimir Hernández, gerente, refiere un ejemplo de la aplicación de normas al interior de la comunidad que han permitido fortalecer la tarea de protección de la guacamaya roja:

También, desafortunadamente … durante la temporada de reproducción no se aparece por esta zona. Se levantan las actas, se levantan las denuncias. Se envían y regresan ya cuando los nidos están saqueados, ya no están los polluelos, ya no hay nada que hacer. Pero son gente de la misma zona. Aquí en la comunidad precisamente tuvimos un caso. A esta persona se le expulsó del pueblo, se le expulsó de la comunidad, un familiar, se le dio de baja por dos años. El señor se fue y vuelve a regresar nuevamente, se vuelve a dar un segundo caso con la misma persona y entonces fue una expulsión definitiva. Es decir, todavía le dieron una segunda oportunidad para corregir su conducta, pero desafortunadamente, como le digo, al haber compradores van a ver personas que se dediquen a esto.

Actualmente el Centro Ecoturístico Las Guacamayas sigue intentando coadyuvar en el combate contra el tráfico ilegal de aves y caza furtiva.

Después de la pandemia por falta de recursos tuvimos que empezar nuevamente. Sobre los chicos que trabajaban en la Brigada, hasta ahorita están volviendo a conformar otro grupo, ya que los anteriores en su mayoría se fueron para Estados Unidos. Ahorita estamos conformando otro grupo más de muchachos, de jóvenes que quieran trabajar. Igual todos estos gastos, estos sueldos los solventa el Centro. (Comunicación personal con Wladimir Hernández)

A propósito de lo señalado, una de las claves para la protección de la fauna en la comunidad y el Centro Ecoturístico Las Guacamayas es el compromiso social que se tiene, como lo expresa el gerente Hernández:

Nosotros aquí también festejamos el día del niño, el día de la madre. Y todo lo que son los alimentos y los regalos siempre nosotros participamos en ello. Aparte, al Ejido siempre se les da un recurso: arreglamos las calles, participamos en las faenas, siempre trabajamos con la comunidad. Así es, cada año cada fin de año, se les da un pequeño incentivo a todos los habitantes, a los ejidatarios, porque también ellos ya no molestan a la fauna, permiten que la fauna coma de sus huertos y, pues, ya no se les molesta … se les da también un apoyo una vez al año, y los socios, pues tienen su reparto de utilidades.

Por otra parte, Luis Hernández, presidente de la sociedad cooperativa, coincide en algunas claves para la inclusión comunitaria a las tareas medioambientales:

El Centro ayuda a la comunidad … nosotros tenemos para estar en concordancia con la comunidad, y es también apoyar. Habíamos decidido dar 200 000 pesos anuales a la comunidad para arreglos. Se necesita aparte de eso el festejo del día de las madres, aquí nosotros lo estamos financiando … el día del niño … vamos a dar todo financiamiento, toda la cuestión … y al fin de año se le da a los que no son socios, que son dueños de solares o de casas un apoyo de 1500 pesos para fin de año, para un pavo … este año con la pandemia parece que no se dio y el año pasado … 1000 nada más … a veces los problemas de enfermedad: prestarles el vehículo, trasladarlos o apoyarlos. Cuando es cosa que realmente requiere … para cosas de emergencia se les apoya … si hay una emergencia, hay una cuestión que se requiere y que no tienen, se les presta … entonces de esa forma hemos estado en convivencia y no hemos tenido problema con la comunidad. Ya ve que hay muchas partes en donde ponen una cadena a la entrada y cobran la entrada. Por ejemplo, en Frontera Colosal la comunidad cobra. Y aquí lo que queremos es evitar eso, es una lata para el turista que desde la entrada ya estén cobrando y más adelante otra vez: Lacanjá, Las nubes, Agua azul creo que hasta dos cadenas hay, porque hay dos comunidades, dos municipios … Como eso es lo que hemos estado aquí tratando y pensando antes de que el problema llegue.



Conclusiones

Las condiciones históricas territoriales de los pobladores del ejido Reforma Agraria fueron sustantivas para constituirse como un emprendimiento turístico bajo un enfoque sustentable.

Los procesos de identidad –implicando el amplio conocimiento del medio, proceso paulatino en más de una década desde la migración de Oaxaca y la llegada y arraigo en Chiapas– para la toma de decisiones colectivas es un fuerte componente en la constitución del Centro Ecoturístico Las Guacamayas.

El complejo entramado social del Centro Ecoturístico Las Guacamayas hace una tarea importante la descripción del mismo desde el enfoque histórico-autobiográfico, pues permite desde la voz de los actores hilar muchas de las características que hoy lo sitúan como patrimonio biocultural de la selva en el estado de Chiapas.

El patrimonio de los pueblos no puede entenderse desde una mirada ajena de los territorios y de su apropiación como sistemas. En ese sentido, Guerrero (2012) define a un sistema territorial como «el conjunto de todos los elementos patrimoniales que son susceptibles de ser valorados por sus características, teniendo en cuenta las relaciones, los factores y procesos naturales y artificiales existentes en él» (p. 111). Concepto con el que concuerdan los autores de este texto.

Una limitante en este estudio es no contar con entrevistas de las opiniones de otros actores institucionales, públicos y privados, sobre el Centro Ecoturístico Las Guacamayas, su desarrollo histórico y las características que en él leen a partir de las actividades que realiza, pues el enfoque aquí presentado se limita a dar cuenta de los hallazgos, como trazo general, de las características de este centro ecoturístico a partir de la voz de sus actores.

Se descubre a partir de este ejercicio exploratorio que como objeto de estudio demanda una mirada, al menos multidisciplinaria, dado no solo la complejidad de la región geográfica (área natural destinada a la conservación y frontera del país), sino los entretejidos de un espacio en donde la tenencia de la tierra, las políticas institucionales (de conservación y académicas) y el tema indigenista constituyen factores medioambientales determinantes para lo que es hoy este espacio de turismo sostenible en Chiapas, variables que deben considerarse en cualquier propuesta comercial que se desarrolle a futuro en su interior.


Conflicto de intereses

Los autores no tienen conflicto de intereses con el contenido de este trabajo.


Contribución de autoría

NEBG: Diseño del estudio, análisis y procesamiento de datos y redacción del documento.

DGL: Diseño del estudio, análisis de datos y revisión del documento.


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Nelly Eblin Barrientos Gutiérrez
Conacyt-Universidad del Papaloapan, México. Doctora en Estudios Regionales por la Universidad Autónoma de Chiapas; labora desde el 2015 como personal del Programa Investigadoras e Investigadores por México (otrora cátedra Conacyt) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Publicaciones recientes: Cambios en el marco regulatorio de las relaciones trabajador-empresa turística en la nueva normalidad (2022); Experiencia memorable y seguridad en la recuperación y transformación de las regiones turísticas en México: una aproximación descriptiva (2021).
Autora corresponsal: negutierrezgu@conacyt.mx
ORCID: https:/orcid.org/0000-0002-7962- 067X

Domingo Gómez López
Centro de Investigación en Desarrollo Sostenible (CIDES), México. Doctor en Ciencias para el Desarrollo Sustentable, labora desde el 2005 como profesor investigador en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH); investigador y miembro fundador del Centro de Investigación en Desarrollo Sostenible (CIDES). Publicaciones recientes: Innovación de productos turísticos comunitarios en el Centro Ecoturístico Causas Verdes Las Nubes, Ejido Las Nubes, Maravilla Tenepa, Chiapas (2018); Experiencias en turismo comunitario y educación intercultural (2017).
domingo@cides.edu.mx
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3446-7050
TEXTO. Recuperado de paginadestino